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Milei, el supuesto anarquista antipolítico y anticasta, exclamó en la Conferencia de Acción Política Conservadora que sólo se trata de “¡PODER, PODER! Si no lo tenemos nosotros, lo tienen los zurdos de mierda”. El gobierno libertario está conducido por un pequeño dictador megalómano, conservador y coimero. Como muestra el converso senador Kueider, descubierto con 200.000 dólares, mientras los jubilados deben sobrevivir con 300 dólares al mes.

En forma inversa al patriota Mariano Moreno que moría exclamando “Viva la Patria, aunque Yo perezca”. El narcisismo y egolatría del presidente empalma con un clima de época, una subjetividad “políticamente correcta”: un individualismo extremo como significado del término Libertad. Muy diferente a la libertad de la patria, la emancipación social y la soberanía de una Nación que enfrenta los Imperios, “coronada su sien de laureles y a su planta rendido un león”.

A casi un año de gobierno se afianza un rumbo liber-fascista: libertario de palabra, neofascista de hecho; liberal en apariencia, sólo en lo económico para el capital, y neo-reaccionario en la esencia, al límite de las formalidades democráticas. Los lanzamientos de la fundación FARO y de la agrupación Las Fuerzas del Cielo muestran ambos aspectos fusionados, resaltando la incompatibilidad de la "Libertad" (del capital) con la Democracia (para todos).

Días de festejo en las filas libertarias y en las cúpulas empresarias, los dueños de la Argentina, esos que piensan que el país es su estancia, su banco o su fábrica. Y que el estado es a lo sumo una gerencia ejecutiva. Los libertarios no vinieron a destruir el estado, sino a privatizar el ejercicio del poder estatal para que la acumulación de capital y la subordinación nacional marchen sin trabas económicas ni oposiciones políticas. En ese marco se inscribe el fallo de Casación.

La dirigente nacional del PTS en el Frente de Izquierda Myriam Bregman declara sobre cómo la obra pública siempre ha sido involucrada en hechos de corrupción, incluso aceptado por la propia Cristina Fernández de Kirchner. En los próximos días se tratará la "Ficha limpia" en el Congreso, que no implica que se juzgue por mecanismos limpios y democráticos sino bajo las órdenes de EEUU.