23 de marzo, 2019 10:02
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Literatura y memoria Es el ritual del almuerzo en mi casa. Escucho a mi padre decir a mi madre su preocupación. Viene del trabajo y allí ha oído que todos dicen que si uno es peronista, más vale revisar bien la casa y desprenderse de todo cuadro, de todo objeto, de toda referencia que lo identifique como tal. Tengo siete años pero logro captar perfectamente el miedo aunque no entiendo bien por qué. Son los primeros días posteriores al 24 de marzo de 1976. Elizabeth Jelin escribe que las memorias individuales están siempre enmarcadas socialmente. Dicho de otro modo: uno no recuerda solo. Se recuerda con la ayuda de los recuerdos de otros y mediante los códigos culturales compartidos, sean discursivos o performáticos. Expresar y ritualizar la memoria mediante narrativas colectivas y conmemoraciones grupales resulta clave para impedir el olvido de aquello que es inadmisible olvidar. Si toda memoria es una reconstrucción más que un recuerdo, una zona de la literatura argentina, comprometidamente, participó y participa de esa tarea, aun a pesar de su costo horroroso de muertes y desapariciones. “Yo amo / tú escribes / él sueña / nosotros vivimos / vosotros cantáis / ellos matan”, así escribe Roberto Jorge Santoro su Verbo irregular que nosotros leemos ahora para decir que está presente. Leer más
Literatura y memoria Es el ritual del almuerzo en mi casa. Escucho a mi padre decir a mi madre su preocupación. Viene del trabajo y allí ha oído que todos dicen que si uno es peronista, más vale revisar bien la casa y desprenderse de todo cuadro, de todo objeto, de toda referencia que lo identifique como tal. Tengo siete años pero logro captar perfectamente el miedo aunque no entiendo bien por qué. Son los primeros días posteriores al 24 de marzo de 1976. Elizabeth Jelin escribe que las memorias individuales están siempre enmarcadas socialmente. Dicho de otro modo: uno no recuerda solo. Se recuerda con la ayuda de los recuerdos de otros y mediante los códigos culturales compartidos, sean discursivos o performáticos. Expresar y ritualizar la memoria mediante narrativas colectivas y conmemoraciones grupales resulta clave para impedir el olvido de aquello que es inadmisible olvidar. Si toda memoria es una reconstrucción más que un recuerdo, una zona de la literatura argentina, comprometidamente, participó y participa de esa tarea, aun a pesar de su costo horroroso de muertes y desapariciones. “Yo amo / tú escribes / él sueña / nosotros vivimos / vosotros cantáis / ellos matan”, así escribe Roberto Jorge Santoro su Verbo irregular que nosotros leemos ahora para decir que está presente.
Etiquetas: literatura latinoamericana