16 de septiembre, 2016 20:46
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Mariano Beristain y Fernanda Vallejos, analizan un hecho lamentable ocurrido en estos días, cuando, a raíz de una persecución automovilística que terminó con la muerte de un joven que había intentado asaltar a un carnicero que terminó con su vida, atropellándolo con su auto, nada más ni nada menos que el Presidente de la Nación, terminó justificando el asesinato, subalternizando el valor de la vida humana, frente al valor de la propiedad privada. Macri juzgó que "el carnicero", quien persiguió y asesinó al joven que quiso asaltar su comercio, debía estar "tranquilo con su familia para reflexionar sobre todo lo que pasó mientras la justicia investiga". Irresponsable mensaje de la máxima autoridad institucional de la Nación, quien, además, no parece guardar el mismo criterio que con el "carnicero" a quien consideró "una persona querida, respetada por la comunidad" con otros argentinos, como Milagro Sala quien, bajo su gobierno, fue ilegalmente detenida, sin haber cometido ningún delito, más que expresar sus ideas políticas y ejercer sus libertades constitucionales de peticionar y reclamar ante las injusticias de un gobierno, quien permanece privada de su libertad desde hace meses, junto a otros diez militantes de la organización Tupac Amaru. Leer más
Mariano Beristain y Fernanda Vallejos, analizan un hecho lamentable ocurrido en estos días, cuando, a raíz de una persecución automovilística que terminó con la muerte de un joven que había intentado asaltar a un carnicero que terminó con su vida, atropellándolo con su auto, nada más ni nada menos que el Presidente de la Nación, terminó justificando el asesinato, subalternizando el valor de la vida humana, frente al valor de la propiedad privada. Macri juzgó que "el carnicero", quien persiguió y asesinó al joven que quiso asaltar su comercio, debía estar "tranquilo con su familia para reflexionar sobre todo lo que pasó mientras la justicia investiga". Irresponsable mensaje de la máxima autoridad institucional de la Nación, quien, además, no parece guardar el mismo criterio que con el "carnicero" a quien consideró "una persona querida, respetada por la comunidad" con otros argentinos, como Milagro Sala quien, bajo su gobierno, fue ilegalmente detenida, sin haber cometido ningún delito, más que expresar sus ideas políticas y ejercer sus libertades constitucionales de peticionar y reclamar ante las injusticias de un gobierno, quien permanece privada de su libertad desde hace meses, junto a otros diez militantes de la organización Tupac Amaru.