La ultra derecha que avanza en el planeta, se caracteriza por la violencia brutal sobre sectores a los que pretende disciplinar a través de acciones represivas.
En paralelo, promueve la construcción del odio, que permite aplicar una fuerza genocida sobre civiles inermes. Es Gaza, es Ucrania con complicidad de la OTAN, que no deja de suministrar armamentos y ejércitos, mientras las Naciones no disponen ninguna medida concreta que ponga alto al fuego.
Pero además, tiene un desapego común frente la destrucción del medioambiente y de las condiciones de habitabilidad de nuestra Casa Común.
Puede resumirse en una palabra: indiferencia.
La globalización trajo la igualación en la degradación de valores y principios y su reemplazo por la indiferencia, en un universo donde nadie reacciona ante la brutalidad de que el 1% de la humanidad concentre la riqueza mundial mientras millones sufren privaciones y hambrunas.
Se atribuye a la penetración en la formación de las mentalidades que posibilita el desarrollo tecnológico, multimedios, ordenadores, IA. Pero esto, tiene una planificación que ha llevado décadas implementar, para crear esta sociedad policíaca de control.
Hoy, la humanidad padece la misma opresión que las corporaciones dueñas de los Estados vienen por generaciones perpetrando sobre Latinoamérica. Saqueo que redunda en enriquecimiento de los grupos de poder concentrado, y en el bienestar moralmente indiferente del que gozaron durante décadas amplios sectores de las naciones centrales.
El sentido común prohijado por los formadores de pensamiento global hizo tabla rasa sobre valores y principios, y las instituciones que velan por el respeto de la igualdad y los derechos humanos.
Si la humanidad pudiera reaccionar, necesitará forjar nuevos valores, virtudes, reivindicar sentimientos de amor, y de piedad hacia el otro, que sustenten un estilo de vida que promueva la inclusión y repudie los privilegios para goce de solo unos pocos.
Necesitará reaprender saberes que permiten vivir, soñar y llevar adelante un proyecto personal que no puede ser superior al colectivo. Valorar que la Patria es el Otro, y el otro es como una, uno y une, y en consecuencia, a nadie puede negarse el derecho que nace de su necesidad.
El 23 de abril seremos todos estudiantes, en defensa de la Universidad pública y gratuita. El 1° de mayo seremos todos trabajadores, por el trabajo y el salario justo. Y el 9 de mayo, iremos todos al Paro y movilización, por los trabajadores, los estudiantes, los jubilados, las mujeres, la ciencia, la cultura, la salud, la educación. En defensa de la Patria, que no se vende.
Solo el pueblo salvará al Pueblo. Necesitamos organizar, unir, sumar, generar entre todos el colectivo que promueva las fuerzas sociales políticas populares capaces de alzar la Bandera Celeste y Blanca, y llevar al pueblo a la victoria.
