"Hoy, queridos y queridas oyentes, vengo a traerles una propuesta de una serie de programas un poco diferente a los que habitualmente compartimos. Se trata de una indagación en las raíces y tratar de resolver una incógnita. Cada uno de nosotros nos construimos como personas a través de una gran diversidad de elementos: lo biológico, la sociedad que vivimos, la cultura a la que pertenecemos, el desarrollo educativo, lo laboral, etcétera. Pero hay algo que suele ser muy importante en la identidad, que es la historia familiar. La conozcamos o no, hay características de nuestra personalidad, de nuestra forma de vivir, y de la manera de estar en el mundo que provienen de nuestros antepasados, y de la que muchas veces ni siquiera somos conscientes. Algunas personas las asumen, otras se rebelan en su contra, pero esos factores juegan un papel relevante a la hora de conocernos a nosotros mismos. No se preocupen, no vamos a transformar "El dulce veneno de la novela negra" en un espacio de autoayuda. Esta reflexión viene a cuento porque así como en las personas la historia familiar tiene relevancia, en el campo de las letras sucede algo similar. Si bien autoría literaria es particularísima de cada individuo, puede y suele haber influencia de los escritores precedentes y de la identidad cultural. Por eso, les propongo, queridas y queridos oyentes, recorrer juntos una serie de programas sobre la historia de la literatura policial en la Argentina. Aclaro desde ya que de ninguna manera pretende ser exhaustiva, pero creo que puede aportar algunos datos que no han tenido gran difusión. Pero además, me propongo responder una pregunta: ¿Cuándo nace el policial negro argentino? La tradición de la literatura policial en la Argentina se remonta al siglo XIX, pero en algún momento, algún autor se propuso encarar el género desde una óptica realista y comenzó una transformación que se extiende hasta nuestros días. Para hacer estos programas leí y releí algunas decenas de libros y varios ensayos que indagan en nuestra historia literaria. Les propongo entonces, hacer este recorrido juntos." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 8 meses por gabwain - 20 reproducciones
"Estaba pensando, cuando comenzaba a escribir este capítulo, que siempre es bueno superar un prejuicio. En el diccionario de la Real Academia Española se define este sustantivo, en una primera instancia, como “Acción y efecto de prejuzgar”, lo que es absolutamente preciso pero no enriquece para nada la reflexión acerca del tema. Existe también una segunda acepción que sentencia: “Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal.” Esta segunda opción, de carácter menos tautológico y no menos certera me resulta más interesante y adecuada a lo que les quiero contar, queridas y queridos oyentes. Aunque no lo parezca, la reflexión es oportuna en un programa dedicado a la novela negra, porque en este caso tiene relación directa con la literatura, y más precisamente a mi actitud a la hora de seleccionar ciertas lecturas. Para ser más directo, estoy hablando acerca de mi actitud al encarar la obra de los escritores ingleses. De manera frecuente, cuando estoy a la pesca de mis próximas lecturas, como les he contado, recorro muchos libros que luego dejo de lado. Priorizo la lectura de las primeras páginas a las contratapas, ya que muchas veces estas últimas poco tienen que ver con el volumen que tengo en mis manos. Sin embargo, hace muchos años que descarto a primera vista cualquier libro de origen inglés. Uso este término y no británico porque, a la vez que me desagradan los ingleses, muchos escritores escoceses de novela negra se encuentran entre mis favoritos. Les voy a confesar algo, hace mucho que yo percibía que se trataba de un prejuicio: ningún autor, como ninguna persona, puede ser juzgado en su valor por su origen nacional. Parte de mi rechazo tenía alguna base en cierta truculencia gratuita, a mi modo de ver, que tiene presencia en muchas narraciones de los autores ingleses. Muchas autopsias, exposición detallada de vísceras, mutilaciones, asesinos sicópatas, en conjunción con ambientes supuestamente aristocráticos conforman una combinación que no es de mi agrado. No me extiendo más, les cuento esto porque, felizmente, en el último tiempo me encontré con libros de un escritor y una escritora, ambos ingleses, sumamente disimiles entre sí, que tuve la oportunidad de disfrutar. Este capítulo 74 de “El dulce veneno de la novela negra está dedicado a uno de ellos: les voy a contar acerca de Michael Dibdin y su personaje Aurelio Zen" Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 5 meses por gabwain - 10 reproducciones
"Una de las cosas que me fascinó al convertirme en un lector apasionado del género es la extraordinaria expansión que la novela negra tuvo por todas las geografías de nuestro planeta. Si bien el policial realista tuvo su origen en los Estados Unidos, con los años creció por el mundo y hoy se cultiva la novela negra en los cinco continentes. Aunque empezó mucho antes, buena parte de ese proceso se dio en los años en los que yo comenzaba a transformarme en un lector de literatura policial. Recuerdo que a fines de los 80 y principio de los 90 recorría las librerías porteñas, particularmente las de usados y ofertas, buscando alimento para mi voraz apetito literario. Era una actividad fundamentalmente crepuscular y, muchas veces, la noche se me alegraba cuando lograba divisar en alguna mesa, las características tapas negras con letras blancas e ilustraciones de la colección Etiqueta Negra de Editorial Júcar. La lista de títulos era muy abundantes y los autores, un regocijo para el alma: Stuart Kaminsky, Jim Thompson, Marc Behm, Donald Westlake, Julián Ibañez. Una madrugada, llegué a mi casa con un volumen de menos de cien páginas. Pese a su brevedad, el libro tenía un título largo e intrigante, “Sintiendo que el campo de batalla...”. En radio no es fácil de percibir, pero terminaba en puntos suspensivos. El autor era quién dirigía la colección, el mexicano Paco Ignacio Taibo II. Cuando me sumergí en sus páginas me encontré con una más que agradable sorpresa: era una novelita apasionante. Al terminarla me quedé con muchas ganas de seguir conociendo la historia de la protagonista, Olga Lavanderos. Pasaron casi 20 años hasta encontrar otro libro con el mismo personaje, pero en ese período leí unas cuantas novelas más del mismo escritor. Se trata de un artista treméndamente prolífico, que escribió novelas policiales pero también incursionó en otros terrenos literarios. Por eso, en este capítulo 52 voy a abordar apenas una pequeña parte de la obra de Paco Ignacio Taibo, Voy a contarles acerca de dos novelas sobre Olga Lavanderos y de una que tiene como protagonista a José Daniel Fierro." Gabriel M. Wainstein.
hace 6 años, 5 meses por gabwain - 29 reproducciones
El segundo capítulo de la serie sobre John Connolly. Como les comentaba en el capítulo anterior, creo que son los mejores programas que hice hasta este momento. Espero que los disfruten."Segundo capítulo dedicado a la obra del irlandés John Connolly. El primer programa estuvo dedicado a la presentación de su protagonista, Charlie “Bird” Parker y a la novela que da inicio al ciclo, “Todo lo que muere”. Allí, el autor desarrolla por primera vez lo que va a ser su marca de estilo, la fusión entre el género negro y el fantástico, más específicamente el terrorífico. También presenta a los personajes centrales que recorren todo el ciclo de Parker y su óptica acerca del bien y el mal, reflejo de su religiosidad católica. La serie de Charlie Parker recorre el camino riesgoso del cruce de géneros con absoluta solidez, sin perder interés pese a la extensión del ciclo, que hasta el momento abarca más de 15 volúmenes. Sin lugar a dudas, el irlandés es uno de los autores más originales e interesantes de la literatura policial contemporánea, y por eso quiero compartir con ustedes el placer de recorrer sus libros." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años por gabwain - 15 reproducciones
"Hoy vamos a hablar de uno de los primeros territorios que se contagió la fiebre del policial negro e, inmediatamente, lo hizo suyo, no sólo por escribirlo en el propio idioma, sino que lo ancló en su idiosincrasia y lo transformó. Vamos a hablar de un país que revalorizó a autores postergados en otros países, y con esto les estoy diciendo de qué se trata, ya que hoy vamos a hablar de autores que tuvieron un papel especial en la creación del policial francés, antes del Neopolar. Simenon, Leo Malet, Frederic Dard y Boris Vian" Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 4 meses por gabwain - 13 reproducciones
"Hablando de dulces, la novela de detectives es, para el lector de literatura policial, como una golosina para un chico. Desde antes de abrirla anticipamos el placer de saborearla, sabemos que, casi sin lugar a dudas, pasaremos buenos momentos mientras recorremos sus páginas. En mi caso particular, y creo que debe ser bastante frecuente, las narraciones detectivescas fueron la puerta de acceso al género negro. Es que la figura del detective está en las raíces mismas del relato policial, desde el inicial Auguste Dupín de Edgard Alan Poe y el paradigmático Sherlock Holmes, hasta los sabuesos de la actualidad, pasando por la santísima trinidad que integran Sam Spade, Philip Marlowe y Lew Archer. A través del tiempo, los detectives evolucionaron, se han puesto a tono con su época. Sin embargo, es curioso que, tratándose de un género realista por excelencia, la figura del detective privado literario no tenga demasiado que ver con sus colegas reales. Tal vez porque por sobre el verismo riguroso de Hammett, que fue agente de la Pinkerton antes de dedicarse a la escritura, predominó la poética de Chandler y su caballero andante del siglo XX. Tengo que confesarles algo: pese a mi apasionamiento por este género, nunca conocí a un detective privado fuera de las páginas de un libro. A través de la lectura de notas periodísticas deduzco que, al menos en la Argentina, los que se dedican a este oficio pasaron antes por la policía o el ejército, lo que en mi país tiene una connotación de un pasado, por lo menos, turbio. En general están vinculados a las agencias de seguridad privada, territorio donde se han asentado ex represores o agentes de inteligencia vinculados a la Dictadura Cívico Militar que asoló a la Argentina. Pero los detectives literarios provienen, generalmente, de tradiciones menos perversas y protagonizan ficciones ampliamente disfrutables. El realismo está en las situaciones, el ámbito y la sociedad en que se desempeñan. Pero, yendo a lo nuestro, el capítulo de hoy de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a dos novelas detectivescas, que hace muchos años reposaban en los estantes de mi biblioteca, y que de alguna manera pretendo rescatar del olvido. Vamos a compartir las páginas de “Salto Mortal”, de Jeremíah Healy y “Asesinato en familia” de Janet Dawson." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 7 meses por gabwain - 13 reproducciones
"Desde su origen, el género negro ha mostrado un fuerte interés por lo social. Es inevitable, al encarar este tema, la referencia a Dashiell Hammett, un hombre de izquierda que apoyó públicamente causas como la de la Republica Española, el derecho a voto de los negros y a las organizaciones sindicales. Inclusive se sumó a los 47 años al ejército de su país para combatir al nazismo. Poco tiempo después, durante el macartismo, en la década del 50, fue acusado de integrar el Partido Comunista y obligado a declarar ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas en el Congreso. Por su negativa a transformarse en un delator fue condenado a la cárcel, donde se deterioró su salud. Su obra fue proscripta. Hammett, al fundar el género de la novela negra con Cosecha Roja, puso una mirada crítica sobre la sociedad norteamericana en el centro de su literatura y abrió un camino que después encontró innumerables seguidores. Pero no es sobre el autor de “El halcón Maltés” que les voy a contar en este capítulo de hoy. Voy a hablarles de una escritora no muy difundida que comencé a leer hace unas pocas semanas y que me ha dejado deslumbrado. Una autora que tiene como un eje cardinal de su obra la desigualdad, la pobreza y la violencia. Que narra historias que transcurren en Pennsylvania, en pueblos que agonizan luego del cierre de las minas de carbón que eran el centro de su actividad económica. Una novelística que recorre un camino que transita entre la literatura policial y un realismo social crudo, casi naturalista. Pero no sólo esto,este programa trata de un escritora a la que leí hace muy poco y que me pareció excelente. Considero que su obra está entre lo mejor de la novela negra contemporánea. En este capítulo 58 de “El dulce veneno de la novela negra” es voy a contar acerca de Tawni O'Dell y tres excelentes novelas que tuve oportunidad de leer." Gabriel M. Wainstein
hace 6 años por gabwain - 30 reproducciones
"Segundo capítulo dedicado a la historia del policial argentino. En el programa anterior recorrimos los literatos más destacados que abordaron la literatura policial argentina a finales del siglo XIX. En el capítulo de hoy, queridas y queridos oyentes, haremos un recorrido por algunos escritores que abordaron el género a principios del siglo XX. El investigador Román Setton destaca, como rasgo característico este período, la aparición de publicaciones periódicas literarias de tirada masiva que se distribuían en los kioskos y tenían gran aceptación popular. Menciona "La novela semanal", "La novela universitaria", "La novela humana", "La novela porteña", "Suplemento" y "La novela nacional", entre otras. "La novela semanal", por ejemplo, llegó a tirar 400.000 ejemplares, cuando Buenos Aires tenía un millón de habitantes. Éstos fueron los ámbitos donde se desarrolló el género en las primeras décadas del siglo XX. Entonces, queridas y queridos oyentes, vamos a recorrer juntos este capítulo 89, el segundo dedicado a la historia de la literatura policial en la Argentina." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 7 meses por gabwain - 20 reproducciones
"Hoy voy darme un gusto. Si bien siempre es placentero compartir semana a semana este espacio radial con ustedes, queridos oyentes, como se podrán imaginar, disfruto de algunos capítulos más que de otros. Y hoy, tengo ganas de darme un gusto. Voy a hablarles del que, indudablemente, es mi autor preferido. El escritor al que vuelvo una y otra vez, siempre con renovado placer. Uno de los fundadores del género, creador del personaje más inolvidable. Un hombre de letras que, quizás sin saberlo, abrió un camino fértil que se multiplicó en miles de obras alrededor del mundo. Pero no voy a hablarles de las facetas más conocidas de su obra, voy a ir a los orígenes, a los primeros relatos, ahí donde nace su gran personaje y donde encuentra su estilo. No voy a extenderme mucho en esta introducción, solamente decirles que este capítulo 44 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado, en exclusiva, al gran Raymond Chandler, a su obra temprana y al nacimiento de Phillip Marlowe." Gabriel Marcelo Wainstein.
hace 6 años, 9 meses por gabwain - 27 reproducciones
"Desde el punto de vista del lector, la fertilidad creativa que atraviesa el campo de la novela negra, es una buena noticia. Todo el tiempo surgen nuevos autores que enriquecen el territorio del género-. Por supuesto que no todo lo nuevo es valioso, pero al tratarse de un espacio tan prolífico, al haber tanta cantidad de obras, necesariamente algunas tiene que ser buenas e, inclusive, muy buenas. El placer del lector en encontrarse con un escritor de talento que hasta el momento le era desconocido, tiene algo de festivo. En mi caso particular hay, a la vez, alegría y agradecimiento. Un nuevo escritor es también la promesa de horas felices, de enriquecer nuestras vidas a través de la lectura. No me voy a extender mucho en esta introducción,sólo decirles que hace poco he tenido la suerte de encontrarme con un libro que me parece que recorre un camino diferente dentro del género. Creo que se trata de un autor particularmente valioso. Cuando terminé de leer el primer libro de este escritor que cayó en mis manos me pasaron dos cosas. La primera fue que me puse en campaña para conseguir otras de sus novelas. Lamentablemente para mí, el hombre escribe en inglés y el que acababa de leer era el único de sus libros traducido al castellano. Es más, el hombre no se caracteriza por su preocupación por satisfacer la demanda de la industria editorial. Escribió sólo tres novelas y un libro de cuentos a lo largo de treinta años. No me cabe duda de que su austeridad productiva tiene que ver con su integridad artística. Porque se trata de un escritor que muy original, con una propuesta narrativa interesante y alejada de los lugares comunes del género. Pero les decía que eran dos las cosas que me pasaron al concluir la lectura. La segunda es que inmediatamente quise compartirlo con ustedes, queridas y queridos oyentes. Pero para no extenderme más e ir al libro, les cuento que este capítulo 84 de "El dulce veneno de la novela negra" está dedicado a Kent Anderson y a su novela "El sol verde"." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 10 meses por gabwain - 19 reproducciones
"Según el diccionario de la Real Academia Española, un prejuicio es, en su segunda acepción, una "opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal". La cita viene al caso, pues justamente les voy a hablar acerca de una de mis opiniones previas, tenaces y desfavorables que reza: "No me gustan las novelas policiales inglesas". En mi caso, es una convicción bastante consolidada que se sustenta en el hecho de que la mayor parte de los libros de ese origen que que tuve oportunidad de leer se enmarcan en el policial de enigma, o tienen que ver con asesinos seriales, y abundan en mutilaciones, exhibición de vísceras y derramamientos de sangre, cuando no en detalladas autopsias, como si los escritores no pudieran escapar a la terrible sombra de Jack el Destripador. Fórmulas que se repiten hasta la náusea para construir productos literarios que no enriquecen el género, para decirlo con suavidad. Sin embargo, esta actitud mía no puede ser otra cosa que un prejuicio, porque si bien muchas de las narraciones de ese origen me disgustan, la literatura es una creación eminentemente personal, y no puede haber una regla tan estricta que genere de mi parteque estigmatice a todos los escritores ingleses. Digo claramente ingleses y no británicos porque hay muchos autores escoceses entre mis preferidos. Pero volviendo al prejuicio, cada tanto encuentro algún autor inglés que pone en cuestión mi convicción desfavorable, y lo agradezco. Hoy voy a compartir con ustedes, queridas y queridos oyentes, algunas páginas y reflexiones acerca de un muy buen cultor del género, del que tuve la oportunidad de leer tres novelas muy dinámicas y contundentes, que se enmarcan sin lugar a dudas en la llamada literatura criminal. No me extiendo más en esta introducción, sólo les cuento que el escritor es Ted Lewis y sus novelas se titulan "Carter," "La ley de Carter" y "No sólo morir." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 6 meses por gabwain - 18 reproducciones
"Durante muchísimos años, al menos durante la época clásica del genero que abarca desde los años '30 a los '80, Italia no era un territorio que ocupara un lugar destacado en el mundo de la novela negra. La figura más descollante era la de Giorgio Scerbanenco, nacido en Ucrania y emigrado a la península desde niño, un escritor cuya obra, a mi criterio, y entiéndase esto como una opinión personal, es de escaso interés. Aunque leí varias de sus novelas, ninguna de ellas consiguió conmoverme. Leonardo Sciascia, un intelectual destacado, realizó algunas incursiones en el género. Alguna leí, pero tampoco despertó mi interés, aunque tal vez merezca revisar ese criterio a través de una relectura . Sin embargo, no me cabe duda de que se produjo un cambio decisivo en este panorama con la aparición de uno de los mejores autores de novela negra de todos los tiempos. Un creador mayor, que abrió nuevos caminos para el género, que propone la narración amable, con rasgos risueños, sin renunciar al realismo. Como se imaginarán, queridos y queridas oyentes, estoy hablando de Andrea Camillieri. Creo que la influencia de este escritor es tan grande, que abrió el camino para que en su tierra aparecieran numerosos autores de literatura policial, varios de ellos son muy valiosos. Para mencionar sólo algunos, puedo mencionar a Valerio Varesi, Maurizio de Giovani y Roberto Costantini, que cultivan estilos lejanos al del creador del Comisario Montalbano. En lo personal, sigo con interés la aparición de nuevos autores peninsulares y, cada tanto me encuentro con alguna sorpresa agradable. Recientemente tuve la oportunidad libros de dos autoras, que de alguna manera puedo emparentar con el tono amable de Montalbano, pero que parecen tener voz propia. Dos escritoras que recientemente fueron traducidas al castellano, y creo que vale la pena leer. Queridos y queridas oyentes, en este capítulo 73 de "El dulce veneno de la novela negra" quiero compartir con ustedes un libro de Cristina Rava, "Investigación a la tinta de calamar" y "La hora pico" de Nora Venturini" Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 6 meses por gabwain - 23 reproducciones
Dame Letra. Programa de literatura conducido por Eugenia Almeida. Radio Universidad 580. Domingos de 14 a 15. 14 de Enero de 2018.
@dameletra580 @EugeniaAlmeidab
hace 6 años, 3 meses por Dameletra - 20 reproducciones
"Como ustedes ya saben, queridos y queridas oyentes, cada tanto recorro los estantes de mi biblioteca buscando libros interesantes, que generalmente han caído en el olvido, para compartirlos con ustedes. Sobre muchos de ellos guardo recuerdos muy vagos, apenas sensaciones, dado que los leí hace 20 o 30 años y no tuve hasta ahora la inquietud de releerlos. Uno de los beneficios que, para mí, tiene hacer este programa, es que me obliga a volver a recorrer sus páginas, a redescubrirlos, antes de decidir si tiene sentido dedicarles un capítulo. La mayoría de estos reencuentros literarios son felices. No todas son obras maestras, pero muchas son buenas novelas que vale la pena rescatar, darles la oportunidad de que un o una oyente las busque entre los anaqueles polvorientos de las librerías de usados, las encuentre, y el papel y la tinta inanimados vuelvan a cobrar vida a través de la magia de la lectura.
Para hoy tengo libros de dos autores que tienen algunos rasgos comunes. Ambos son norteamericanos, publicaron durante las décadas del 70 y el 80, aunque uno de ellos tenía actividad literaria desde antes, y escribieron buenas novelas de detectives. Por eso, hoy vamos a compartir algunas páginas de Marvin Albert y Arthur Lyons." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 6 meses por gabwain - 16 reproducciones
"Desde su origen, la novela negra siempre tuvo una fuerte vocación de indagar en la relación entre la violencia y la realidad político social. El considerado fundador del policial negro, Dashiell Hammett, ya en su primera novela, "Cosecha Roja", exponía los mecanismos que vinculaban el crimen organizado, la política y el poder económico. En la actualidad, gracias a la expansión del género, la novela negra refleja problemáticas de los más diversos lugares de mundo, aunque siempre a través de la particular mirada de cada autor. El comentario viene al caso, porque este capítulo está dedicado a dos novelas que describen la realidad cotidiana de dos naciones de Medio Oriente donde la opresión y la violencia están a la orden del día. Curiosamente, o tal vez no tanto, los dos autores sobre los que les voy a contar en este capítulo no son originarios de esos países, son extranjeros que circunstancialmente vivieron un período de su vida en esos territorios y consideraron importante hacer, a través de la narración policial, una crónica de la conmovedora realidad en la que estuvieron inmersos. Para no prolongar esta introducción les cuento, queridas y queridos oyentes, que los dos países son Arabia Saudita y Palestina, que los autores son Zoë Ferraris y Matt Beynon Rees, y sus novelas se llaman "Buscando a Nouf" y "El maestro de Belén". Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 11 meses por gabwain - 15 reproducciones
Mariano Buscaglia detalla lo que podés encontrar en Ediciones Ignotas con Sebastian De Caro
hace 3 años, 10 meses por SoleCyrulnik - 9 reproducciones
Graciela nos cuenta acerca de Ágata Christie, escritora emblemática de novelas policiales y su personaje Mrs. Marple
hace 3 años, 11 meses por Silviafer - 11 reproducciones
"Hacer este programa de radio es para mí un enorme placer que requiere muchas horas de trabajo. Semana tras semana se me presenta un desafío: ¿qué voy a compartir el martes que viene con las queridas y los queridos oyentes? Tengo en mi cabeza muchos libros y autores de los que querría hablar, pero no en todos los casos es posible. A veces, por ejemplo, leo un único libro de un escritor y quiero compartirlo inmediatamente con ustedes. Sin embargo, me doy cuenta que con ese único texto no alcanza para sostener un programa de una hora, tengo que conseguir más obras de ese autor y leerlas, o encontrar un a manera de hacer un capítulo con dos autores buscando la forma de que el capítulo se estructure de manera correcta. Hay muchos libros que tengo reservados como pendientes. Sé que en algún momento serán parte de este programa. Hay un escritor del que hace tiempo quiero contarles y que estaba en esa situación que les describo. Había leído una novela relativamente breve que me había gustado mucho, otra que no me parecía que estuviera a la altura de la primera, y sentía que necesitaba leer alguna más para dedicarle un capítulo. Cuando escribo esto es viernes, acaba de caer en mis manos ese libro que me faltaba y, aunque aún no lo leí, decidí arriesgarme a hacer un programa sobre ese escritor ya que estoy seguro de que esta novela que tengo en mis manos me va a gustar mucho, ya que es la continuación de una serie que se iniciaba en aquella primera que había leído. Es un riesgo. ¿Qué pasaría si este libro no es tan interesante como espero que sea? Esta intriga estará resuelta el lunes, cuando haya terminado de leerlo y continúe escribiendo. Pero para no prolongar esta introducción, les cuento que el escritor del que les estoy hablando es Joe Richard Lansdale, esa primera novela se llamaba "Una temporada salvaje" y la que tengo en mis manos es "El árbol de las botellas." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 7 meses por gabwain - 11 reproducciones
"Desde mi punto de vista como lector uno de los atractivos de la novela negra contemporánea, es la variedad de orígenes geográficos de los autores y, consecuentemente, la heterogeneidad de escenarios y culturas donde se desarrollan las narraciones. Por tratarse de un género eminentemente realista, muchas veces, la lectura nos pone en contacto con identidades remotas que tal vez nunca imaginamos llegar a conocer, ni siquiera a través del relato literario. Será por mi formación como lector insaciable de Julio Verne en la infancia, pero el viaje libresco me resulta particularmente satisfactorio si la obra que lo sostiene es valiosa. La calidad literaria es un requisito insoslayable, el qué se narra y cómo se lo hace, al igual que el conocimiento profundo y la mirada inteligente del autor sobre ese territorio donde transcurre el relato. Si les cuento ésto, es porque esta capítulo 86 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a un escritor al que leí muy recientemente. Un autor que sitúa sus novelas en geografías poco o nada frecuentadas por el género, que desde aquí, en el Sur de América, nos resultan exóticas y remotas. El autor es Tomás Bárbulo, las novelas, “La Asamblea de los Muertos” y “Vírgenes y verdugos”, los territorios, Marruecos, Mauritania, el Sahara y una región un tanto difusa entre Siria e Irak, dominada en algún momento por ISIS, el Estado islámico." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 8 meses por gabwain - 13 reproducciones
Tercer capítulo y cierre de la serie sobre John Connolly. Como les comenté, creo que son los mejores programas que hice hasta este momento. Espero que los disfruten.
"Todo empezó por la relectura. Les confieso algo, queridas y queridos oyentes: cuando decidí dedicarle algunos programas al escritor John Connolly no tenía idea de la magnitud del viaje literario que iba a emprender. Hace algunos años, había leído las cinco primeras novelas del ciclo de Charlie Parker, y me produjeron una profunda impresión, en especial porque la narración de la primera novela está atravesada por el dolor lacerante que vive el protagonista ante el asesinato de su esposa y su hija y sentía que ese sentimiento teñía toda su obra. En realidad, esa primera lectura me produjo sentimientos contradictorios ya que, como les conté en capítulos anteriores, había elementos en los libros que me gustaban mucho, otros no tanto y otros que me producían cierta sorpresa y desconcierto. Pero, en síntesis, a partir de ese primer contacto con la obra del autor, me quedó la convicción de que era un escritor muy talentoso, y que algún día merecería una relectura. Por eso, cuando terminé la tercera temporada de “El dulce veneno de la novela negra”, consideré que era el momento adecuado para esa tarea. En un principio pensé que volvería a leer las cinco novelas que ya había leído, y un par más. Sin embargo, este nuevo recorrido por la obra del autor me permitió descubrir que era un escritor mucho más valioso de lo que previamente pensaba y que había en sus libros implicancias literarias y filosóficas muy interesantes, casi diría apasionantes. Así, cuando llegué a la última página de la séptima novela del ciclo me dije: “me parece que voy a leer una o dos más” y, para no aburrirlos, les cuento que mientras escribo este capítulo estoy en la mitad de “Tiempos oscuros” la decimoquinta novela de la serie y la última traducida al castellano y tengo la sensación de que podría seguir leyendo a este escritor irlandés sin llegar nunca a aburrirme. De manera que estos tres capítulos de “El dulce veneno de la novela negra” son el reflejo de un mes y medio de intensas lecturas donde disfruté de sus quince novelas y espero, queridas y queridos oyentes, poder transmitirles algo de lo extraordinario que encontré en este autor, y también espero que ustedes, si no lo han hecho aún, tengan la oportunidad de recorrer este maravilloso camino literario que, gracias a ustedes, tuve la oportunidad de disfrutar. Los invito entonces a compartir este capítulo 80 de “El dulce veneno de la novela negra”. Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 12 meses por gabwain - 14 reproducciones
"Queridas y queridos oyentes, como ustedes bien sabrán, frecuentemente insisto en que la novela negra es, ante todo, una narrativa de la violencia. El tema hace a la esencia misma de la literatura policial y, frecuentemente, los autores se permiten indagar en las causas de ese fenómeno: lo social, lo instintivo, lo psicológico, lo educativo, las relaciones de poder, la naturaleza humana... Resulta evidente que la manera de encarar ese tema, de manera explícita o implícita, está relacionada directamente con la mirada sobre el mundo de cada escritor. Les cuento esto porque en este capítulo voy a compartir con ustedes mis lecturas de dos escritores que, a mi entender, abordan el tema de la violencia desde una óptica que pone el centro en el egoísmo, la codicia y el desprecio por el otro como expresiones de los valores de una sociedad profundamente individualista, en este caso la estadounidense. Las tramas de los dos libros se desarrollan en lo que se suele llamar la “Norteamérica profunda”, pequeñas localidades rurales alejadas de los grandes centros urbanos. Me resisto a denominar a los Estados Unidos como América, término que creo que expresa la voluntad colonial de esa nación respecto a nuestro continente. Pero no me voy a extender más en esta introducción, sólo les cuento que este capítulo 84 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a los libros “Un plan simple”, de Scott Smith y “Bull Mountain” de Brian Panowich". Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 10 meses por gabwain - 13 reproducciones
"Tercer y último capítulo dedicado a uno de los mejores escritores argentinos de novela negra, Guillermo Orsi. Un autor que, cuando comenzó a publicar, ni siquiera tenía la sospecha de que alguna vez iba a escribir novela negra, mucho menos podía imaginarse que se transformaría en una referencia ineludible del género en la Argentina, ni que algún día iba a ser ganar el Hammett, el principal premio de la literatura policial en el mundo de habla castellana. Afortunadamente para nosotros, los lectores que amamos la novela negra, la vida lo puso en ese carril, y hoy podemos disfrutar de sus creaciones. En el capítulo 67 recorrimos “Sueños de Perro”, su primera incursión en el género negro y “Buscadores de Oro”, un libro que comienza como policial y tiene un viraje hacia lo fantástico. En el siguiente pasamos por las premiadas “Nadie ama a un policía” y “Ciudad santa”. En este capítulo, el 69, completaremos el ciclo con “Segunda Vida” y “Siempre hay alguien a quién matar”. " Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 7 meses por gabwain - 17 reproducciones
"Sin lugar a dudas, la novela negra es una corriente vital e inagotable. Para el lector, la búsqueda de autores que aún desconoce es una tarea grata, aunque no siempre los resultados sean satisfactorios. Muchas obras transitan caminos trillados, reflejan la falta de talento o el mediocre oportunismo de copiar fórmulas que han tenido éxito en el mercado. Sin embargo, el género es tan fecundo que siempre es posible encontrar verdaderos artistas que, con voz propia, producen un corpus literario consistente y valioso. Recorrer sus páginas es, Borges dixit, una forma de felicidad. Ese placer es el que trato de compartir con ustedes, queridos oyentes, en cada una de las emisiones de este programa. En este capítulo voy a contarles de un escritor bastante conocido, al que muy recientemente abordé de forma sistemática. Antes había leído un par de novelas aisladas, pero conocer el conjunto de su obra, al menos la traducida al castellano, era para mí una deuda pendiente. Luego de esa lectura, descubrí que es uno de los autores más interesantes de la novela negra norteamericana actual. Este novelista sitúa sus historias en un escenario poco frecuentado por el género, que de alguna manera nos resulta obvio e inesperado a la vez. Porque la ciudad elegida tiene una presencia permanente en las páginas de los diarios, pero no por lo que sucede en la vida cotidiana de sus habitantes sino porque allí se toman decisiones que afectan, generalmente de la peor manera, a los hombres y mujeres de todo el mundo. La ciudad donde transcurren estas narraciones es Washington, pero las historias de este escritor no tienen relación con los personajes que participan de la política y las instituciones de la capital imperial. Sus novelas transcurren en lo que se podría llamar el suelo y el subsuelo de la metrópoli, ese lugar transitado por hombres y mujeres comunes, cuyas vidas y sueños, que muchas veces toman en carácter de pesadillas, poco o nada tienen que ver con las de las elites que recorren la Casa Blanca o el Capitolio. Por eso, en este capítulo voy a contarles de mis lecturas de este excelente escritor que, seguramente, algunos de ustedes conocen: el norteamericano de origen griego George Pelecanos." Gabriel M, Wainstein
hace 6 años, 1 mes por gabwain - 20 reproducciones
"Tengo la impresión, de que uno de los lugares donde más ha crecido la novela negra en Latinoamérica es en México. Supongo que esto tendrá múltiples razones, pero creo que el crecimiento de la violencia criminal en ese país, no debe ser ajeno a este fenómeno literario. En la Argentina, la novela negra mexicana se conoce poco y mal. Las producciones artísticas de nuestro continente no atraviesan nuestras fronteras con facilidad, es mucho más fácil encontrar en nuestras librerías novelas estadounidenses o europeas que las de nuestra región. También existe, en el caso de México, paradójicamente, una barrera idiomática que no es fácil atravesar. Pese al castellano compartido, el habla coloquial de ese país, enriquecido por términos de las lenguas originarias, en ocasiones nos resulta extraño e, inclusive, incomprensible. Sin embargo, gracias a Internet, esa dificultad puede ser subsanada y, una vez resuelto ese inconveniente, disfrutada. Hasta hace un par de años mis lecturas se limitaban a Paco Ignacio Taibo, luego, tuve la oportunidad de conocer algunos libros del otro Paco, Haghenbeck y de Bernardo Fernández. En este momento, impulsado por los consejos de algunos oyentes, estoy inmerso en algunos autores más, que me resultan muy interesantes. Al recorrer sus páginas me encuentro con la presencia de esa violencia extrema que mencionaba al principio, muchas veces vinculada a la presencia del narcotráfico, la explotación sexual, y la corrupción. Claro que estos sucesos no tienen su origen en una peculiar maldad de los habitantes de ese país, sino en fenómenos sociales profundos. Me permito suponer que se combinan la presencia de una clase oligárquica feudal y, muy especialmente, la cercanía de los Estados Unidos y su enorme poder económico. Un país de origen puritano que prefiere que ciertas actividades ilegales se realicen desde el estado vecino. Por eso, en este capítulo 88 de “El dulce veneno de la novela negra” voy a compartir con ustedes, queridas y queridos oyentes, dos historias que transcurren a uno y otro lado de la frontera, “El miedo a los animales”, de Enrique Serna y Alacrán, de Salva Alemany." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 7 meses por gabwain - 13 reproducciones
Más de una vez les comenté que una de las cosas que más me atrae del género es la extraordinaria expansión que ha tenido alrededor del mundo. Aunque tiene un origen preciso, en lo geográfico y en lo lingüístico, una multitud de escritores de todo el planeta lo han hecho propio, y hoy se escribe y se lee en las latitudes más variadas y en más idiomas que los que el Génesis atribuye a la Torre de Babel. Vale aclarar que, traductores mediante, los lectores tenemos la deliciosa oportunidad de atravesar las barreras linguísticas que, según la Biblia, deberían obrar como un castigo a la soberbia humana.
Dada la naturaleza realista de esta vertiente de la narrativa policial en la novela negra, las particularidades geográficas tienen un rol destacado. Por eso, en ese vínculo mágico de mente a mente que nos propone siempre la literatura, el lector viaja por distintos territorios descubriendo sus escenarios a través de la mirada particular de cada escritor.
Creo que, al menos para mí, este es uno de los atractivos que propone esta manera antiquísima de viaje virtual. Por eso los invito hoy a acompañarme en esta placentera travesía por una región que, desde esta ciudad argentina en las que les hablo, Florencio Varela, resulta tremendamente remota. A través de este capítulo 61 de “El dulce veneno de la novela negra” vamos a hacer un recorrido, que de ninguna manera pretende ser exhaustivo, por la novela negra australiana. Hoy comenzaremos con dos autores, Jane Harper y Nicholas Jose. Gabriel M. Wainstein
hace 5 años, 11 meses por gabwain - 13 reproducciones
"Un programa de radio, y supongo que cualquier disciplina comunicacional o artística, no pertenece nunca a una sola persona. No me refiero al aspecto que tiene que ver con la propiedad, derechos de autor o de intérprete y ese tipo de cosas. Hablo de una forma de pertenencia más esencial, más profunda. Está claro que yo pongo mucho trabajo en este programa. Mantengo un plan de lecturas, pienso cada capítulo, lo escribo, selecciono la música, lo grabo con la colaboración inestimable del operador, lo difundo. En el camino vivo la emoción de descubrir aspectos inesperados o desconocidos para mí, hago un aprendizaje, me emociono. Pero, aunque sea una obviedad, hay siempre otro, que es primordial. El oyente. Cada uno de ustedes, que está del otro lado de un parlante, se apropia de este programa y vive una experiencia diferente, valiosa o no tanto, pero única. Yo siento que en cada escucha me hacen un regalo. Algo que tiene un sentido profundo para mí. Algunos oyentes se comunican conmigo en la página de Facebook del programa, otros hacen comentarios en YouTube, y siempre trato de responderles. Sus mensajes me alegran, pero además le dan sentido a todo este trabajo. En el momento que escribo este texto, hace exactamente dos meses, un oyente brasileño que vive en Porto Alegre me preguntó: ¿E qdo falaremos sobre Philip Kerr? Me pareció un reclamo legítimo, y una guía válida a la hora de elegir un capítulo. Así que, queridos oyentes, este capítulo especial porque lleva el número 50 surge de un pedido de Ángelo Nudelman y al agradecerle a él, les agradezco a cada uno de ustedes que dedican tiempo de su vida a escucharme y a compartir lecturas. Vamos entonces a éste capítulo, dedicado al escritor escocés Philip Kerr. " Gabriel M. Wainstein
hace 6 años, 3 meses por gabwain - 14 reproducciones
"Hoy voy a saldar una deuda pendiente. Dicho así parece algo muy serio, inmediatamente se piensa en pagarés, matones, amenazas de ruptura de piernas, palizas ejemplares, pero no. No va por ahí la cosa. Porque esta deuda tiene que ver con algo que yo les debo a ustedes, los oyentes de este programa. Y me voy a apresurar a saldar esta deuda antes de sufrir cualquier tipo de consecuencias desagradables... Hablando en serio, en el capítulo anterior, el 52, les conté del gran escritor mexicano, para ser más exactos, asturiano-mexicano, Paco Ignacio Taibo II. Más precisamente el programa estuvo centrado en las dos novelas sobre Olga Lavanderos y la primera que tiene como protagonista a José Daniel Fierro. Les dije entonces que me quedaba pendiente hacer un capítulo sobre el que era su personaje principal, o creo que lo es, el detective Belascoarán Shayne. Como les conté, yo que había hecho una lectura fragmentaria y desordenada de las novelas dedicadas a este personaje, por lo que no podía hacerme una idea clara acerca de esta serie. Como lo prometido es deuda, me dediqué de lleno a leer en orden sus libros, y mientras me voy introduciendo en ese mundo, voy escribiendo este capítulo. Creo que, además, en este programa es necesario hacer algunas consideraciones sobre el autor, dado que se trata de un personaje muy especial, con una vida pública muy activa que va más allá del marco de la escritura. Por eso, este capítulo 53 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado al Paco Ignacio Taibo II y su personaje, Belascoarán Shayne."
hace 6 años, 5 meses por gabwain - 11 reproducciones
El de hoy, es un programa que yo no esperaba hacer. Hace menos de un mes empecé a planificar un capítulo dedicado al escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II. Pensaba encarar algunas de sus novelas, las dos que tienen como protagonista a Olga Lavanderos y una de las dedicadas a José Daniel Fierro, y luego seguir con otro autor. Sin embargo, cuando terminaba de escribir ese programa, me di cuenta de que se imponía la necesidad de dedicarle un capítulo al principal personaje surgido de la pluma y de la mente del escritor mexicano, me resisto a utilizar el sinónimo periodístico azteca, Héctor Belascoarán Shaine. Como no había hecho una lectura sistemática de esa serie, me puse a ello, y surgió el segundo capítulo, el 53, dedicado a Taibo. Pero cuando lo estaba escribiendo tomé cuenta de que tampoco allí terminaba con el tema que había encarado, sino que necesitaba un capítulo más. La radio es así, con el tiempo y la práctica los formatos se van modificando. No sé si de acá en adelante dedicaré a cada autor varios capítulos, pero es probable que , en algunos casos sea así. No sé que les pasará a ustedes, queridos oyentes, pero yo disfruto, e inclusive aprendo más de esta manera. Vaya entonces este capítulo 54, el tercero dedicado a Paco Ignacio Taibo II. Gabriel M.Wainstein
hace 6 años, 4 meses por gabwain - 8 reproducciones
Daniel Lago, nos recomienda “Cercano Oeste”, un policial negro, argentino, ambientado en los 70; de Mariano Hamilton.
hace 3 años, 4 meses por LaUniFM91.7 - 2 reproducciones
Dame Letra. Programa de literatura conducido por Eugenia Almeida. Radio Universidad 580. Domingos de 14 a 15. Especial: Las damas del crimen I. 1 de octubre de 2017. @EugeniaAlmeidab @dameletra580
hace 6 años, 6 meses por Dameletra - 7 reproducciones
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