"Durante muchísimos años, al menos durante la época clásica del genero que abarca desde los años '30 a los '80, Italia no era un territorio que ocupara un lugar destacado en el mundo de la novela negra. La figura más descollante era la de Giorgio Scerbanenco, nacido en Ucrania y emigrado a la península desde niño, un escritor cuya obra, a mi criterio, y entiéndase esto como una opinión personal, es de escaso interés. Aunque leí varias de sus novelas, ninguna de ellas consiguió conmoverme. Leonardo Sciascia, un intelectual destacado, realizó algunas incursiones en el género. Alguna leí, pero tampoco despertó mi interés, aunque tal vez merezca revisar ese criterio a través de una relectura . Sin embargo, no me cabe duda de que se produjo un cambio decisivo en este panorama con la aparición de uno de los mejores autores de novela negra de todos los tiempos. Un creador mayor, que abrió nuevos caminos para el género, que propone la narración amable, con rasgos risueños, sin renunciar al realismo. Como se imaginarán, queridos y queridas oyentes, estoy hablando de Andrea Camillieri. Creo que la influencia de este escritor es tan grande, que abrió el camino para que en su tierra aparecieran numerosos autores de literatura policial, varios de ellos son muy valiosos. Para mencionar sólo algunos, puedo mencionar a Valerio Varesi, Maurizio de Giovani y Roberto Costantini, que cultivan estilos lejanos al del creador del Comisario Montalbano. En lo personal, sigo con interés la aparición de nuevos autores peninsulares y, cada tanto me encuentro con alguna sorpresa agradable. Recientemente tuve la oportunidad libros de dos autoras, que de alguna manera puedo emparentar con el tono amable de Montalbano, pero que parecen tener voz propia. Dos escritoras que recientemente fueron traducidas al castellano, y creo que vale la pena leer. Queridos y queridas oyentes, en este capítulo 73 de "El dulce veneno de la novela negra" quiero compartir con ustedes un libro de Cristina Rava, "Investigación a la tinta de calamar" y "La hora pico" de Nora Venturini" Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 6 meses por gabwain - 23 reproducciones
"Como ustedes ya saben, queridos y queridas oyentes, cada tanto recorro los estantes de mi biblioteca buscando libros interesantes, que generalmente han caído en el olvido, para compartirlos con ustedes. Sobre muchos de ellos guardo recuerdos muy vagos, apenas sensaciones, dado que los leí hace 20 o 30 años y no tuve hasta ahora la inquietud de releerlos. Uno de los beneficios que, para mí, tiene hacer este programa, es que me obliga a volver a recorrer sus páginas, a redescubrirlos, antes de decidir si tiene sentido dedicarles un capítulo. La mayoría de estos reencuentros literarios son felices. No todas son obras maestras, pero muchas son buenas novelas que vale la pena rescatar, darles la oportunidad de que un o una oyente las busque entre los anaqueles polvorientos de las librerías de usados, las encuentre, y el papel y la tinta inanimados vuelvan a cobrar vida a través de la magia de la lectura.
Para hoy tengo libros de dos autores que tienen algunos rasgos comunes. Ambos son norteamericanos, publicaron durante las décadas del 70 y el 80, aunque uno de ellos tenía actividad literaria desde antes, y escribieron buenas novelas de detectives. Por eso, hoy vamos a compartir algunas páginas de Marvin Albert y Arthur Lyons." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 6 meses por gabwain - 16 reproducciones
"Desde su origen, la novela negra siempre tuvo una fuerte vocación de indagar en la relación entre la violencia y la realidad político social. El considerado fundador del policial negro, Dashiell Hammett, ya en su primera novela, "Cosecha Roja", exponía los mecanismos que vinculaban el crimen organizado, la política y el poder económico. En la actualidad, gracias a la expansión del género, la novela negra refleja problemáticas de los más diversos lugares de mundo, aunque siempre a través de la particular mirada de cada autor. El comentario viene al caso, porque este capítulo está dedicado a dos novelas que describen la realidad cotidiana de dos naciones de Medio Oriente donde la opresión y la violencia están a la orden del día. Curiosamente, o tal vez no tanto, los dos autores sobre los que les voy a contar en este capítulo no son originarios de esos países, son extranjeros que circunstancialmente vivieron un período de su vida en esos territorios y consideraron importante hacer, a través de la narración policial, una crónica de la conmovedora realidad en la que estuvieron inmersos. Para no prolongar esta introducción les cuento, queridas y queridos oyentes, que los dos países son Arabia Saudita y Palestina, que los autores son Zoë Ferraris y Matt Beynon Rees, y sus novelas se llaman "Buscando a Nouf" y "El maestro de Belén". Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 11 meses por gabwain - 15 reproducciones
La columna de Paloma Garrido en Feas Sucias y Malas.
hace 3 años, 2 meses por Palomitai - 7 reproducciones
"Hacer este programa de radio es para mí un enorme placer que requiere muchas horas de trabajo. Semana tras semana se me presenta un desafío: ¿qué voy a compartir el martes que viene con las queridas y los queridos oyentes? Tengo en mi cabeza muchos libros y autores de los que querría hablar, pero no en todos los casos es posible. A veces, por ejemplo, leo un único libro de un escritor y quiero compartirlo inmediatamente con ustedes. Sin embargo, me doy cuenta que con ese único texto no alcanza para sostener un programa de una hora, tengo que conseguir más obras de ese autor y leerlas, o encontrar un a manera de hacer un capítulo con dos autores buscando la forma de que el capítulo se estructure de manera correcta. Hay muchos libros que tengo reservados como pendientes. Sé que en algún momento serán parte de este programa. Hay un escritor del que hace tiempo quiero contarles y que estaba en esa situación que les describo. Había leído una novela relativamente breve que me había gustado mucho, otra que no me parecía que estuviera a la altura de la primera, y sentía que necesitaba leer alguna más para dedicarle un capítulo. Cuando escribo esto es viernes, acaba de caer en mis manos ese libro que me faltaba y, aunque aún no lo leí, decidí arriesgarme a hacer un programa sobre ese escritor ya que estoy seguro de que esta novela que tengo en mis manos me va a gustar mucho, ya que es la continuación de una serie que se iniciaba en aquella primera que había leído. Es un riesgo. ¿Qué pasaría si este libro no es tan interesante como espero que sea? Esta intriga estará resuelta el lunes, cuando haya terminado de leerlo y continúe escribiendo. Pero para no prolongar esta introducción, les cuento que el escritor del que les estoy hablando es Joe Richard Lansdale, esa primera novela se llamaba "Una temporada salvaje" y la que tengo en mis manos es "El árbol de las botellas." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 7 meses por gabwain - 11 reproducciones
"Desde mi punto de vista como lector uno de los atractivos de la novela negra contemporánea, es la variedad de orígenes geográficos de los autores y, consecuentemente, la heterogeneidad de escenarios y culturas donde se desarrollan las narraciones. Por tratarse de un género eminentemente realista, muchas veces, la lectura nos pone en contacto con identidades remotas que tal vez nunca imaginamos llegar a conocer, ni siquiera a través del relato literario. Será por mi formación como lector insaciable de Julio Verne en la infancia, pero el viaje libresco me resulta particularmente satisfactorio si la obra que lo sostiene es valiosa. La calidad literaria es un requisito insoslayable, el qué se narra y cómo se lo hace, al igual que el conocimiento profundo y la mirada inteligente del autor sobre ese territorio donde transcurre el relato. Si les cuento ésto, es porque esta capítulo 86 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a un escritor al que leí muy recientemente. Un autor que sitúa sus novelas en geografías poco o nada frecuentadas por el género, que desde aquí, en el Sur de América, nos resultan exóticas y remotas. El autor es Tomás Bárbulo, las novelas, “La Asamblea de los Muertos” y “Vírgenes y verdugos”, los territorios, Marruecos, Mauritania, el Sahara y una región un tanto difusa entre Siria e Irak, dominada en algún momento por ISIS, el Estado islámico." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 8 meses por gabwain - 13 reproducciones
Tercer capítulo y cierre de la serie sobre John Connolly. Como les comenté, creo que son los mejores programas que hice hasta este momento. Espero que los disfruten.
"Todo empezó por la relectura. Les confieso algo, queridas y queridos oyentes: cuando decidí dedicarle algunos programas al escritor John Connolly no tenía idea de la magnitud del viaje literario que iba a emprender. Hace algunos años, había leído las cinco primeras novelas del ciclo de Charlie Parker, y me produjeron una profunda impresión, en especial porque la narración de la primera novela está atravesada por el dolor lacerante que vive el protagonista ante el asesinato de su esposa y su hija y sentía que ese sentimiento teñía toda su obra. En realidad, esa primera lectura me produjo sentimientos contradictorios ya que, como les conté en capítulos anteriores, había elementos en los libros que me gustaban mucho, otros no tanto y otros que me producían cierta sorpresa y desconcierto. Pero, en síntesis, a partir de ese primer contacto con la obra del autor, me quedó la convicción de que era un escritor muy talentoso, y que algún día merecería una relectura. Por eso, cuando terminé la tercera temporada de “El dulce veneno de la novela negra”, consideré que era el momento adecuado para esa tarea. En un principio pensé que volvería a leer las cinco novelas que ya había leído, y un par más. Sin embargo, este nuevo recorrido por la obra del autor me permitió descubrir que era un escritor mucho más valioso de lo que previamente pensaba y que había en sus libros implicancias literarias y filosóficas muy interesantes, casi diría apasionantes. Así, cuando llegué a la última página de la séptima novela del ciclo me dije: “me parece que voy a leer una o dos más” y, para no aburrirlos, les cuento que mientras escribo este capítulo estoy en la mitad de “Tiempos oscuros” la decimoquinta novela de la serie y la última traducida al castellano y tengo la sensación de que podría seguir leyendo a este escritor irlandés sin llegar nunca a aburrirme. De manera que estos tres capítulos de “El dulce veneno de la novela negra” son el reflejo de un mes y medio de intensas lecturas donde disfruté de sus quince novelas y espero, queridas y queridos oyentes, poder transmitirles algo de lo extraordinario que encontré en este autor, y también espero que ustedes, si no lo han hecho aún, tengan la oportunidad de recorrer este maravilloso camino literario que, gracias a ustedes, tuve la oportunidad de disfrutar. Los invito entonces a compartir este capítulo 80 de “El dulce veneno de la novela negra”. Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 12 meses por gabwain - 14 reproducciones
"Queridas y queridos oyentes, como ustedes bien sabrán, frecuentemente insisto en que la novela negra es, ante todo, una narrativa de la violencia. El tema hace a la esencia misma de la literatura policial y, frecuentemente, los autores se permiten indagar en las causas de ese fenómeno: lo social, lo instintivo, lo psicológico, lo educativo, las relaciones de poder, la naturaleza humana... Resulta evidente que la manera de encarar ese tema, de manera explícita o implícita, está relacionada directamente con la mirada sobre el mundo de cada escritor. Les cuento esto porque en este capítulo voy a compartir con ustedes mis lecturas de dos escritores que, a mi entender, abordan el tema de la violencia desde una óptica que pone el centro en el egoísmo, la codicia y el desprecio por el otro como expresiones de los valores de una sociedad profundamente individualista, en este caso la estadounidense. Las tramas de los dos libros se desarrollan en lo que se suele llamar la “Norteamérica profunda”, pequeñas localidades rurales alejadas de los grandes centros urbanos. Me resisto a denominar a los Estados Unidos como América, término que creo que expresa la voluntad colonial de esa nación respecto a nuestro continente. Pero no me voy a extender más en esta introducción, sólo les cuento que este capítulo 84 de “El dulce veneno de la novela negra” está dedicado a los libros “Un plan simple”, de Scott Smith y “Bull Mountain” de Brian Panowich". Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 10 meses por gabwain - 13 reproducciones
"Tercer y último capítulo dedicado a uno de los mejores escritores argentinos de novela negra, Guillermo Orsi. Un autor que, cuando comenzó a publicar, ni siquiera tenía la sospecha de que alguna vez iba a escribir novela negra, mucho menos podía imaginarse que se transformaría en una referencia ineludible del género en la Argentina, ni que algún día iba a ser ganar el Hammett, el principal premio de la literatura policial en el mundo de habla castellana. Afortunadamente para nosotros, los lectores que amamos la novela negra, la vida lo puso en ese carril, y hoy podemos disfrutar de sus creaciones. En el capítulo 67 recorrimos “Sueños de Perro”, su primera incursión en el género negro y “Buscadores de Oro”, un libro que comienza como policial y tiene un viraje hacia lo fantástico. En el siguiente pasamos por las premiadas “Nadie ama a un policía” y “Ciudad santa”. En este capítulo, el 69, completaremos el ciclo con “Segunda Vida” y “Siempre hay alguien a quién matar”. " Gabriel Marcelo Wainstein
hace 5 años, 7 meses por gabwain - 17 reproducciones
"Tengo la impresión, de que uno de los lugares donde más ha crecido la novela negra en Latinoamérica es en México. Supongo que esto tendrá múltiples razones, pero creo que el crecimiento de la violencia criminal en ese país, no debe ser ajeno a este fenómeno literario. En la Argentina, la novela negra mexicana se conoce poco y mal. Las producciones artísticas de nuestro continente no atraviesan nuestras fronteras con facilidad, es mucho más fácil encontrar en nuestras librerías novelas estadounidenses o europeas que las de nuestra región. También existe, en el caso de México, paradójicamente, una barrera idiomática que no es fácil atravesar. Pese al castellano compartido, el habla coloquial de ese país, enriquecido por términos de las lenguas originarias, en ocasiones nos resulta extraño e, inclusive, incomprensible. Sin embargo, gracias a Internet, esa dificultad puede ser subsanada y, una vez resuelto ese inconveniente, disfrutada. Hasta hace un par de años mis lecturas se limitaban a Paco Ignacio Taibo, luego, tuve la oportunidad de conocer algunos libros del otro Paco, Haghenbeck y de Bernardo Fernández. En este momento, impulsado por los consejos de algunos oyentes, estoy inmerso en algunos autores más, que me resultan muy interesantes. Al recorrer sus páginas me encuentro con la presencia de esa violencia extrema que mencionaba al principio, muchas veces vinculada a la presencia del narcotráfico, la explotación sexual, y la corrupción. Claro que estos sucesos no tienen su origen en una peculiar maldad de los habitantes de ese país, sino en fenómenos sociales profundos. Me permito suponer que se combinan la presencia de una clase oligárquica feudal y, muy especialmente, la cercanía de los Estados Unidos y su enorme poder económico. Un país de origen puritano que prefiere que ciertas actividades ilegales se realicen desde el estado vecino. Por eso, en este capítulo 88 de “El dulce veneno de la novela negra” voy a compartir con ustedes, queridas y queridos oyentes, dos historias que transcurren a uno y otro lado de la frontera, “El miedo a los animales”, de Enrique Serna y Alacrán, de Salva Alemany." Gabriel Marcelo Wainstein
hace 4 años, 7 meses por gabwain - 13 reproducciones
Sobre el festival de literatura negra #Ban! Que se está desarrollando en Buenos Aires. Radio Universidad AM580 de 19 a 22 hs con la conducción de Ricardo Césari/Verónica Fernández Vila y la producción de Cristian Pérez/Ariel Acuña
hace 5 años, 5 meses por perez.m.7 - 6 reproducciones
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